La bahía de Llafranc, el puerto y el Cabo de Sant Sebastià hacen de este pequeño núcleo uno de los más prestigiosos de la Costa Brava.
Llafranc pertenece al municipio de Palafrugell, y se encuentra a poca distancia de pueblos con encanto como Calella de Palafrugell, Tamariu, Begur o Pals.
Desde los inicios del turismo en la Costa Brava hace más de 50 años, Llafranc se ha convertido en uno de los lugares más emblemáticos del litoral catalán. La bahía de arena fina, su animado paseo marítimo cubierto de pinos, el puerto náutico y el faro de Sant Sebastià a más de 160 metros sobre el nivel del mar, son algunos de los motivos por los que la visita a Llafranc resulta obligada para todo aquel que quiera conocer la Costa Brava.